El entrenador elogió a la morena y le metió su piedra en el coño.
La esbelta morena quería que su culo fuera apetecible y elástico, por eso contrató a un entrenador personal. La bella planeaba hacerlo en casa. El primer día de clases, la entrenadora morena se reunió en ropa interior seductora, pensando que le sería más conveniente practicar en sujetador y bragas. Al tocar el lujoso cuerpo de la niña durante el entrenamiento, el hombre se excitó hasta tal punto que acostó a la morena en el sofá y la convirtió en Cooney. Después de tal calentamiento, olvidándose del entrenamiento, tuvieron relaciones sexuales.